
Perdido en las horas sobrantes
entre la noche y el día,
vagando sin rumbo alguno
por fin veo un cuerpo,
tumbado, desnudo.
Flotando en el aire, alrededor
de su lecho de muerte,
con las alas plegadas, negras
de carbón y sudor de su frente.
¿Dónde estabas anoche?, te estuve buscando...
No queda rencor en tu mirada,
ni vida, ni luz, ¿por qué hoy?, ¿por qué no mañana?.
Se acabó la gasolina y tú corriendo
hacia ningún lugar.
No tengas miedo,
no huyas, ya está todo hecho.
Vamos, se hace tarde...
¿Quién eres?, ¿quién soy yo?.
Tu cita a ciegas, sin tiempo
silenciosa.
Tu recuerdo para siempre.
¿Dónde estabas anoche? te estaba esperando...