
Entra sin llamar,
ocúltate en los ángulos muertos
que deja el escorzo salvaje
de su cuerpo aun caliente
ausente, sin ritmo.
Avanza unos metros
entre el carmín de la marea
y observa.
Observa atentamente
la última filigrana
del genio bohemio,
imprégnate con su esencia
mezcla de almizcle y ambrosía.
Y llora,
llora como él habría llorado,
vive como él quería vivir,
ama como él nunca supo…
No dudes,
el resbalón es fatal,
la recompensa…abrumadora.
Lo peor en la vida es el miedo a vivirla, pero el mundo no está hecho para los cobardes; es siempre mejor arrepentirse de lo que uno ha hecho que lamentarse de lo que dejó atrás sin hacer
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