
A la hora de las sombras,
cuando despiertas entre sudores
de sábanas prestadas
y te cubres la cabeza
con una esquina de la almohada,
esperas que al otro lado
nadie te vea
ni te oiga respirar.
A la hora de las sombras,
cuando todo lo inhumano
habita tu cabeza
y tu corazón se desvive
por salir de tu pecho,
por romperte las sienes
y huir,
y volar.
A la hora de las sombras
te espero en el alféizar
de tu cama de madera.
Te espero para huir,
y volar lejos,
y partirnos las alas
de tanto usarlas
cruzando la esfera del reloj,
a la hora de las sombras.
Una vez más te hiciste de rogar...pero mereció la pena la espera.Es un poema precioso, la verdad. Es curiosa la forma en que cada poema tuyo consigue transportarte a otro lugar, a otro tiempo, y te hace volar; volar a tu universo, que por unos instantes es el nuestro también.
ResponderEliminarMuchas gracias por seguir compartiendo todo esto con nosotros.