martes, 8 de diciembre de 2009

Empuje, por favor...


A estas alturas de la noche,

me sorprendes en otro punto cardinal

distinto del tuyo, me viene mal.


Ponerse, quitarse, no hay fe

ni brilla fuerte la luna.


Me viene mal porque de puntos y cardenales

acabó llena la sala de espera en la que

te conocí.


Tal vez sonreías, tal vez no, pero en tu defensa

he de decir que fuimos grandes,

entre nubes químicas y algodón de azúcar.


Ponerse y quitarse, desnudar el alma,

volverla a digerir, acariciar la hierba

con la punta de los dedos y regresar al alba

con las bodegas repletas de pescado.


Ultracongelado.


A estas alturas de la noche

me suele venir mal porque zarpo.

Quizás un día te busque y volvamos a la mar.


Tendremos que empezar

a empapelar las paredes del cuarto de máquinas.