martes, 18 de mayo de 2010

500.000 tardes



Me declaro incompetente
en esta causa,
esta doctrina sin fundamento,
este proyecto de martes y miércoles,
de café y lisozimas.

Vuelvo así a la amnesia en el cielo del paladar,
a pintarme la calavera,
a forrar de cuero tu espalda
helada,
consumida.

Por eso me declaro incompetente,
me veo obligado por mis huesos frágiles,
por tus ceniceros vacíos
de colillas huérfanas.

Tal vez me perdí dentro de tu bolso
entre sombra de ojos,
vales de descuento y pasiones calladas,
ocultas por un silencioso ardor.